Lo primero, días antes de la confección, se cortó en pequeños trozos diferentes tipos de papel y se lo dejó en un recipiente en agua y lavandina. El resultado era una pulpa que iba a ser la materia prima.
Para hacer el papel, se puso en una fuente grande agua, gelatina y pulpa previamente procesada en licuadora.
Una vez había suficiente pulpa en la fuente, se colocaba dentro el tamiz, tratando de colocar la mayor cantidad de pulpa sobre este, y de manera uniforme.
Por último, la pulpa sobre el tamiz se extrae de la fuente y se coloca encima de un trozo de friselina, tratando de quitar toda el agua posible. Una vez hecho esto, se pasa a prensar la pulpa y luego se deja secar para convertirse en papel.
Para su presentación, se decidió confeccionar una caja de cartón con un transfer, a juego con la idea de reciclaje del trabajo práctico.
NOTA: 9